mismo tema. El estudiante deja de ser receptor para ser protagonista de su recorrido en la
apropiación del mundo que lo rodea. No solo se realiza un análisis crítico de los discursos
externos, sino también de las conceptualizaciones de otros estudiantes y de las hipótesis
propias.
Intercambiar ideas y socializar las producciones
Los entornos virtuales ofrecen herramientas para compartir información y producciones, tanto
dentro como fuera del ámbito escolar. Las formas y soportes para el intercambio pueden estar
mediadas por recursos digitales, como las redes, los foros y grupos o aplicaciones de chat, que
reformulan el concepto de “encuentro”, acortando las distancias físicas, simplificando los
tiempos y sumándoles la faceta multimedial a los contenidos.
4. Participación y protagonismo en entornos digitales
El uso de las redes permite diferentes instancias de participación cada vez más extendidas. La primera
será la del acceso y consumo de información; en este momento, es necesario poner en juego la
clasificación, cualificación y verificación de fuentes para constatar la pertinencia de los resultados
obtenidos en cada búsqueda de datos. Luego, el papel de consumidor de información transmutará en
la figura del prosumidor, que alude al sujeto que consume y también genera contenidos y utiliza la red
para socializarlos. En ambos momentos, además de las habilidades necesarias para su desarrollo, es
indispensable construir en los estudiantes criterios de interacción en la web para resguardar su
privacidad y asegurar la eliminación de riesgos potenciales que afecten su intimidad o permitan el
acceso a su información personal.
Generar búsquedas pertinentes en internet
Los horizontes del saber se expanden significativamente cuando los estudiantes utilizan los
recursos virtuales como insumo. Si, además, se enriquece la propuesta con orientaciones sobre
sitios que manejan contenidos acordes a los objetivos pedagógicos previstos y que presenten
discursos en un lenguaje orientado a la franja etaria de los niños, esta experiencia resulta aún
más exitosa.
Posicionar al estudiante como productor de contenidos
Desde el espacio escolar se debe tender a que, paulatinamente, además de tomar información,
los estudiantes se conviertan en prosumidores, es decir, produzcan sus propios contenidos
digitales y los pongan en circulación para hacer escuchar su voz en la red, ya que de esto se trata
la formación de protagonistas activos. No solo se hace visible su subjetividad, sino que en el
mismo proceso se le da valor social.
Navegar de manera segura
La exposición en la red debe acompañarse con prácticas para el resguardo de los datos
personales de los estudiantes. Una vez cargado un contenido en la web, ya sea de manera
institucional o en el ámbito privado, es muy complejo tener control de su alcance, por lo cual
debiera plantearse, en conjunto con la propuesta de la carga de contenidos, los criterios y
estrategias para el uso seguro de la red.
5. Autonomía digital
En el ámbito de los recursos de las TIC, es posible encontrar herramientas para cada necesidad e incluso
varias con una misma finalidad. Al momento de optar por una u otra, se realiza en base a distintas
características, tales como la pertinencia con relación a la necesidad, la sencillez de uso, la flexibilidad y
variedad de opciones que presenta, entre otras. En este sentido, una de las variables fundamentales a
tener en cuenta es si se trata o no de software libre. Para que pertenezca a este grupo, el usuario debe
IF-2017-04069436-GDEBA-DPEPDGCYE