ADQUISICIÓN Y USO CORRECTO DE LAS
PREPOSICIONES A, EN,
PARA
Y POR EN NIVELES
SUPERIORES
Inocencio Giraldo Silverio
Universidad de Alcalá
1.
Introducción
El uso de las preposiciones es uno de los aspectoss difíciles a la hora de conse-
guir el dominio de una segunda lengua, y el español no es en esto una excepción. El
principal problema es que una de las características que se ha asignado tradicionalmen-
te a las preposiciones es la de su carencia de valor semántico, aunque sobre este aspec-
to hay muchos autores que no están de acuerdo. Achim Stenzel, en un trabajo sobre un
alumno bilingüe de alemán y francés, explica que:
«A cióse look at the properties of individual "prepositional elements reveáis that
many prepositions exist as variants, where one variant is a lexical element with semantic
content (a spatial or temporal preposition) and the other variant appears to be some kind
of case marker.» (Stenzel, 1996:1034)
Marcial Morera integra la preposición dentro de la categoría del nombre, con el
valor de núcleo en las construcciones de régimen preposicional. Para él, la preposición
puede seleccionar igual que otras categorías de la lengua:
«Algunos de estos elementos preposicionales, por su propio valor semántico inter-
no,
seleccionan uno y sólo uno de los complementos, en tanto que rechazan al otro (...)
la preposición no rige su complemento de forma ciega, sino de forma semánticamente
motivada. «(Morera, 1994: 225)
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Normalmente, cuando los alumnos aprenden las preposiciones lo hacen con un
listado al que acompaña una serie de equivalencias, bien en los manuales o bien expli-
cadas por sus profesores. Lo mismo ocurre en los libros de texto que utilizan los hablantes
nativos de español para estudiarlas, donde las preposiciones son aprendidas como lis-
tados de palabras nuevas y esto, en la mayoría de ocasiones, en pleno auge de la gramá-
tica comunicativa, conlleva un rechazo por parte del alumno. A esto habría que añadir
el problema de que muchas de estas preposiciones tienen valores de uso muy cercanos.
Matte Bon (1995) dice que con las preposiciones el contexto concreto de utilización es
el que ayuda a definirlas y así, aun siendo un elemento prioritario en la formación de
estructuras sintácticas, para el alumno, por su desconocimiento de la definición del
valor determinado de una preposición en un contexto, ésta pasa a ocupar un segundo
plano en el significado del discurso que intenta producir.
Por lo tanto, nos encontramos con que las preposiciones, aun apareciendo en todos
los manuales y ser tema obligado en una clase de cualquier nivel, son vistas como algo
problemático por los alumnos y en muchas ocasiones como una molestia para su comu-
nicación. Todo esto tiene como resultado que muchos hablantes de español como len-
gua extranjera, en niveles superiores todavía no han adquirido el uso de la preposición.
2.
El alumno
Uno de los conceptos ques se han manejado en los últimos tiempos es el de
«interlengua» (IL), que Larsen-Freeman y Long definen como «un continuo entre la Ll
y la L2 que tienen que atravesar los aprendices « (Larsen-Freeman, 1994: 6).
Este concepto es interesante, porque no siempre los errores se deben a la incompe-
tencia del alumno o aprendiz o a la presencia de la lengua materna en clase, sino que
muchas veces se deben a otras causas diferentes, y su análisis tiene como uno de sus
objetivos valorar la importancia y gravedad que éstos tienen, señalarlos, explicarlos y
clasificarlos, pero distinguiendo los problemas que tienen diferentes lenguas. Todo
esto puede estar contenido en la interlengua del aprendiz.
Pero además, los interesante es que ese continuo en que consiste la interlengua
es sistemático, y si es así, puede ser analizado igual que se han analizado los sistemas
lingüísticos, y de esos datos pueden deducirse conclusiones que nos servirán para me-
jorar la adquisición de las segundas lenguas. El aprendiz genera estrategias para resol-
ver problemas, y no sólo en la fase de creación, sino también en las de planificación,
para hacerse entender por el interlocutor. Es, por tanto, activo, procesador de datos y
generador de hipótesis que le llevarán a sacar conclusiones para la adquisición de la
segunda lengua y, de hecho, la variabilidad que se produce en los distintos usos que
hace el aprendiz es en muchos casos sistemática y si no lo es, al menos está regida por
reglas, las que él mismo genera. Esto es muy importante para los profesores, puesto
que si los procesos mediante los cuales el alumno crea sus propias hipótesis son siste-
máticos, dichos procesos pueden ser estudiados y de ellos se pueden obtener datos
valiosos para mejorar la enseñanza de segundas lenguas.
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El grupo de alumnos que escogemos para nuestro análisis es de edades, nacionali-
dades y formación diferentes y, en principio, tienen en común el pertenecer a los nive-
les superiores. Es importante el nivel al que pertenece el alumno por la importancia del
concepto de «motivación» en la Adquisición de Segundas Lenguas y también, porque
probablemente la motivación de los hablantes de niveles superiores es diferente a la de
los alumnos de niveles iniciales e intermedios. Corder señala que:
«Una vez que la gramática de la IL del aprendiz está lo suficientemente desarrollada
para permitirle una comunicación adecuada a sus propósitos, disminuye la motivación
para mejorar.» (Larsen-Freeman, 1994:64)
Así, si seguimos a Corder, los alumnos de niveles superiores tienen una menor
motivación, en general, y será muchos difícil el poder corregir los malos usos de las
preposiciones y, por tanto, serás difícil su adquisición. Dice Claire Kramsch que:
«los profesores debemos esperar una gran variabilidad entre los estudiantes de una
lengua y esas diferencias no sólo se deben a la materia que se les ha enseñado, sino
también a los tipos y grados de motivación y ansiedad que tenga cada uno de ellos.»
(Gibaldi, 1992: 69)
Si anteriormente los análisis de errores trataban de descubrir nuevos aspectos, fun-
damentalmente de carácter formal, ahora deberíamos perseguir la creación y el desa-
rrollo de actividades y tareas que consigan que las capacidades de los alumnos para
expresar significados mejore y de este modo adquieran los usos de los elementos de la
L2.
Un primer paso sería el de suavizar la idea de la dificultad de la adquisición de la
preposición a la que se hace referencia en casi todos los manuales, pero también en las
clases, puesto que se podría conseguir una motivación positiva.
También, la idea de la motivación se pone en relación con la nueva clase de profe-
sores que surge a partir de los nuevos diseños curriculares, donde el profesor ya no es
el juez de los posibles errores que cometan los aprendices, sino que es un acompañante
de los alumnos en los procesos de aprendizaje de la segunda lengua.
3.
Factores de error
Los factores que causan los errores en el uso de las preposiciones en los alumnos
que estudiamos nos permiten corroborar algunas afirmaciones hechas por otros ante-
riormente. La «fosilización del error» desde los niveles iniciales, el rechazo de ciertos
elementos por parte de los alumnos al considerarlos problemáticos para una perfecta
adquisición de la segunda lengua, el problema del régimen dentro de la preposición,
que se trata en muchas ocasiones de cuestiones léxicas, que no pueden explicarse a
través de la gramática, etc. son algunas de las causas. A todas éstas hay que unir otras
que van irremediablemente ligadas a ellas, siendo lass importantes, y las ques
espacio han ocupado en los trabajos de investigación, las siguientes:
3.1.
«Falsas equivalencias». En algunas ocasiones, las preposiciones españolas tie-
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nen un significante parecido en la lengua nativa del estudiante extranjero, como ocurre
frecuentemente en hablantes de italiano, francés y portugués como lengua materna.
Pero también lo es que un hablante de inglés como Ll utilice en español la preposición
«a» para la forma inglesa «at». Es cierto que se pueden establecer equivalencias entre
las preposiciones de la L2 y la Ll, pero no todas las preposiciones cubren exactamente
el mismo campo y, así, como señala García Santos, «si la comparación puede resultar
cómoda en un principio, en la etapa de perfeccionamiento puede convertirse en una
fuentes de conflictos» (García Santos, 1993:231).
3.2. La «inhibición». Con relativa frecuencia, en los niveles iniciales e intermedios la
preposición desaparece porque el estudiante o la desconoce o desconoce sus valores. Pero
este problema también aparece en los hablantes de niveles avanzados y superiores que, en
la producción oral, intentan solapar la preposición diciéndola en un tono de vozs bajo,
lo que demuestra que son conscientes de su problema. En la producción escrita, la inhibi-
ción se refleja en la aparición de enunciados muchos complejos y en giros que intentan
eliminar la preposición o, al menos, la cambian por otra expresión en la que sí aparece,
pero no de forma correcta. Un ejemplo de esto son los siguientes enunciados:
Voy por
Madrid.
Paseo alrededor de
Madrid.
Paso a través de
Madrid.
Es éste, quizás, uno de los problemas por los ques deberíamos preocuparnos los
profesores de Español como Lengua Extranjera, puesto que el alumno sí reconoce en
estas situaciones la aparición de una preposición, pero su temor a cometer un error le
hace utilizar distintas estrategias que podrían evitarse si se les explicaran y ejemplificaran
s claramente todos los usos de las preposiciones. Este error es productivo, siguiendo
la definición de Corder, puesto que el alumno conoce las reglas de la lengua objeto,
pero por una u otra razón, no ha podido o no ha querido aplicarlas y porque nos permite
analizarlo para obtener resultados que beneficien una posterior adquisición.
3.3.
Diferente uso y valor de la preposición en cada lengua. Las preposiciones
españolas tienen sus equivalentes en otras lenguas, pero en muchas ocasiones los valo-
res y los usos que damos en español a dichas preposiciones no se corresponden con los
usos y valores que se les dan en otras lenguas. Si el alumno aprende las preposiciones
como un listado de palabras, presentado de manera semejante a los vocabularios que
aparecen al final de los manuales, y no se practican después en los textos que se utilizan
en la clase de gramática, en la de conversación, en los ejercicios tanto orales como
escritos, el alumno pasará probablemente a la inhibición, es decir, al no uso o
solapamiento y la suprimirá o, en el mejor de los casos, la empleará, pero incorrecta-
mente. La mayoría de las veces las preposiciones, al ser consideradas sin carga semántica,
aparecen explicadas con sus valores: origen, punto de partida, dirección aproximada,
tránsito por un lugar, compañía, localización precisa o imprecisa en el espacio y en el
tiempo, etc., pero después se acompañan de ejemplos que no siempre son aclaratorios,
puesto que el contexto está muy limitado.
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En las gramáticas y manuales que se están haciendo en los últimos años hay una
mayor tendencia a que aparezcan las preposiciones con sus usos y ejemplos, pero sigue
sin solucionarse totalmente el problema, puesto que aparecen en un capítulo aparte o
porque después no se vuelven a contextualizar o a practicar en ejercicios. Todo esto,
además, va ligado a los «mecanismos de fosilización», que Selinker describe como «la
reaparición regular en las producciones interlingüísticas del material lingüístico que
creíamos erradicado» (Muñoz Liceras, 1992:96). Un buen ejemplo de ello es la manera
en que los alumnos aprenden los verbos de uso preposicional, primero con los verbos
de forma aislada, es decir, el verbo sin la preposición y cuando los han adquirido en su
interlengua deben aprenderlos con la preposición, con un doble proceso. Nunca está
asegurado el éxito y el alumno puede volver a repetir las estructuras de forma errónea.
Es lo que ocurre a muchos alumnos anglófonos con los equivalentes de los «phrasal
verbs» del inglés, donde la movilidad de la preposición hace que a su paso al español se
cometan errores:
Alice looked up the information.
Alice looked the information up.
Un alumno anglófono y los que tienen el ingñés como L2 van a producir frases del
tipo:
Alicia buscó por la dirección.
Alicia miró la dirección arriba.
Por otro lado, muchas veces al alumno sólo le interesa ser entendido y si antes, con
las formas aisladas, podía comunicarse con otros hablantes, no le dará importancia a
ese error en los verbos de régimen preposicional.
3.4. Verbos que cambian de significado según la preposición. Hay en español ver-
bos que varían de significado dependiendo de la preposición que lleven detrás. Este
punto va ligado al régimen preposicional. Ejemplos de esto son: acordarse de alguien,
recordar a alguien, acordarse de algo, recordar algo, acordar algo.
4.
«A», «EN», «POR» Y «PARA»
Ejemplificar los usos de las preposiciones es bastante complicado, igual que lo es
explicar su uso. Por este motivo, uno de los campos de trabajo a los que los investiga-
dores y profesores deberíamos dedicarnos y dars énfasis es precisamente al de la
creación de materiales en que estos usos aparecieran claramente explicados, o bien, a
complementar los que ya están, con una serie de ejercicios que fuerans productivos.
A todo esto hay que unir una potenciación de las estrategias de comunicación que
también crea en muchos casos el aprendiz para poder ser entendido por sus interlocutores.
Es quizás en estas estrategias donde debería darses información sobre los elemen-
tos que presentan dificultad para su adquisición. Habría que crear situaciones que
incentivasen dichas estrategias, porque supone contribuir a la competencia comunicativa
de los aprendices y al potenciarlas e incentivarlas estamos motivando al alumno. Es a
lo que se refiere Adjemiam (1992) cuando habla de «competencia homogénea», o lo
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que es lo mismo, el conocimiento del hablante-oyente ideal, que serfa el modelo del
que tendríamos que partir para explicar los procesos y fases de desarrollo de la adqui-
sición de la L2. Para ello, los datos que debemos utilizar son los que sean producto de
los discursos -tanto orales como escritos- de los propios aprendices.
Llegados a este punto, queremos ejemplificar los erroress frecuentes que han
cometido algunos estudiantes de español como lengua extranjera de la Universidad de
Alcalá y señalar los contextos en que se producen. «A», «en», «por» y «para» son las
s frecuentemente utilizadas de forma incorrecta o son obviadas, aunque hay otras
que se utilizan de un modo erróneo. La polisemia de una misma preposición en diferen-
tes contextos es una de las causas por las que encontramoss incorrecciones. Otra,
que existen varias preposiciones para expresar circunstancias próximas, lo que confun-
de al aprendiz. La preposición «a» es con la ques número de errores se cometen y en
mayor número de contextos y con la que menos «para».
4.1.
Preposición «a»
4.1.1.
Omisión de la preposición ante CD de persona:
Visité mi madre ayer.
Vimos nuestro compañero sueco jugando al tenis.
4.1.2.
Uso de la preposición delante del CD, cuando no es necesario:
Fuimos a ver a la película de Antonio Banderas.
Visitamos al Museo del Prado y al Reina Sofía.
4.1.3.
Cambio de «a» por «en» cuando hay verbos de movimiento:
Vine en Madrid hace tres días.
Cuando llegué en mi casa me puse a dormir.
4.1.4. Omisión en verbos que la necesitan:
Hemos llegado España ayer.
Aunque juego tenis, no soy buen jugador.
4.1.5.
Omisión o sustitución del Glndirecto en verbos de la construcción «gustar».:
Para mí, me gusta el cine mucho.
Ella le encanta la música clásica.
4.2.
Preposición «en»
4.2.1.
Uso innecesario en las expresiones de tiempo:
En el miércoles vamos a una discoteca.
Fui a Barcelona en el fin de semana pasado.
4.2.2.
Cambio de «en» por «a», para indicar lugar. Este es el errors frecuente
con esta preposición:
Estudiamos a la Universidad de Kobe.
A la Gran Vía hay muchos mimos.
4.2.3.
Omisión delante del relativo:
Esa es la casa que vivo.
El autobús que voy al Campus es muy nuevo.
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ADQUISICIÓN rUSO
CORRECTO
DE LAS
PREPOSICIONES
A, EN, PARA YPOR... 385
4.2.4.
Los
alumnos con japonés como
Ll la
omiten
en
ocasiones para indicar loca-
lizado^
en el
espacio:
Ayer estuve esperándote toda
la
tarde Madrid.
Estuve otro hotel
el
año pasado.
4.2.5.
Los
alumnos
con
francés
e
italiano como
Ll
fosilizan
el
cambio
de
«en»
por
«a»:
Estoy
a
la
playa
de
Alicante tomando
el
sol.
Me gustaría visitarte
a
Barcelona.
4.3.
Preposición «por»
4.3.1.
Cuando equivale
a «a
través»
o a
«alrededor de»
se
sustituye
por la
forma «en»:
Pasé
en
Córdoba para
ir a
Málaga.
4.3.2.
Aunque
no en un
gran número
de
ocasiones,
se
sustituye
por
«para» cuando
indica valor causal:
Hubo un accidente para
su
culpa.
4.4.
Preposición «para»
A
A. 1. Para expresar finalidad
se
sustituye
por «a» y
«por»:
La victoria fue
por el
Real Madrid.
Hicieron
un
examen
a
comprobar nuestro nivel.
5.
Conclusión
a)
La
problemática
del uso y
adquisición
de las
preposiciones tiene difícil solución,
partiendo
de que los
mismos investigadores
no se
ponen
de
acuerdo
en el
carácter
semántico
o no de la
preposición. Preferimos adscribirnos
a
aquellos
que
creen
que sí
tiene
un
carácter léxico, porque,
al
menos
en
algunos
de sus
valores, sólo pueden
ser
explicadas
a
través
de la
idea
de que
poseen contenido léxico.
b) Algunos usos pueden
ser
adquiridos
con la
práctica
y con
unos buenos ejerci-
cios,
pero
el
problema
de los
verbos
de uso
preposicional
y de las
expresiones fijas
sigue teniendo
la
solución
en la
lectura
y el
aprendizaje
a
través
de los
diccionarios.
b) Usos léxicos
muy
importantes
de las
preposiciones
de las que nos
ocupamos,
como
los
valores locativos, temporales, causales
y
finales
ya se han
recogido. Pero
n
resta
dar
reglas
y
explicaciones
que
permitan
una
fácil adquisición
de las
excepciones.
d)
El
análisis cuantitativo para demostrar cuál
es la
probabilidad
de los
errores
y
aciertos
y
cuál
es la
frecuencia
de uso de los
hablantes
de
español como
L2
puede
ser la
solución
o una de las
soluciones para adquirir usos problemáticos.
e) Dice
De
Kock:
«En
la
práctica,
la
enseñanza casi nunca
se
desarrolla
en ese
sentido único: para
el
mismo problema, pasa alternativa
y
reiteradamente
del
corpus
a la
norma
y de
ésta
a los
textos.
El
objetivo
es
formar
al
estudiante
a la
lectura crítica
de los
textos
y de la
gramática normativa
al
tiempo, mostrarle cómo observar
y
comparar, establecer
la
con-
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formidad o la divergencia y saber volver a enunciar -si llega el caso- la regla en cues-
tión, de otro modo, por provisional que esto sea y sin excluir que se controle en otros
corpus y gramáticas.» (De Kock, 1992: 70-71)
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